Hoy los medios nos avisarán de algo que la propia naturaleza lleva recordándonos de forma contundente muchos años: las cosas están cambiando. Y es que se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, en un momento en el que todos tenemos presente que la situación en este terreno es crítica.
No tenemos más que ver esas riadas de película, esas bolas de hielo asesinas, huracanes, familias que se quedan sin casa. ¿Acaso antes pasaban estas cosas? Pasarían, pero no tan a menudo ni tan a destiempo. El cambio climático ha pasado de ser una conversación de científicos a un tema de la agenda de la calle, esa de la que todos hablamos en nuestras charlas diarias. El motivo está claro, ya que los efectos los vemos constantemente y es difícil obviarlos.
Por tanto, deberíamos darnos todos por avisados, unos más que otros, ya que no todos tenemos el poder de que nuestros actos repercutan sobre el bien general. En definitiva, debemos procurar poner algo de nuestra parte mientras esperamos que los actores protagonistas cumplan su papel.
No tenemos más que ver esas riadas de película, esas bolas de hielo asesinas, huracanes, familias que se quedan sin casa. ¿Acaso antes pasaban estas cosas? Pasarían, pero no tan a menudo ni tan a destiempo. El cambio climático ha pasado de ser una conversación de científicos a un tema de la agenda de la calle, esa de la que todos hablamos en nuestras charlas diarias. El motivo está claro, ya que los efectos los vemos constantemente y es difícil obviarlos.
Por tanto, deberíamos darnos todos por avisados, unos más que otros, ya que no todos tenemos el poder de que nuestros actos repercutan sobre el bien general. En definitiva, debemos procurar poner algo de nuestra parte mientras esperamos que los actores protagonistas cumplan su papel.